De Ai, de Ki y de Do pero sólo a medias!

martes, 24 de febrero de 2009

- Una miajita de armonización. -Lo de la unión con mi Qi, mi Chi o lo que sea aún no lo he pillado, pero se intentará, oh sí. Retos a mí ¬¬

- Una pizquita de las energías que animan -el Universo o lo que sea, pero que animen, leches- que pa desanimar ya está el día a día.

- Una vía - ¿de escape?, ¿de quemar adrenalina?-

- Un camino - ¿a la relajación? ¿Al subidón de endorfinas?

- La búsqueda- mmmmm esto es lo que menos me apetece. Buscar. Lo que quiero es ir encontrando. Ya. Mi pedacito de paz :)

Pero va a ser que a lo mejor, ese alguien que a veces es una especie de pepito grillo - no, Coelho no, demasiado místico- tiene razón.

Buscando el Norte

Cuando uno se siente descolocadillo... no hay nada mejor que buscarse.

Nunca se me ha dado bien entender los mapas, no sólo por el hecho de ser chica, lo que condiciona que mi visión espacial, ya de por sí, esté ligeramente alterada, si no porque por más que lo intento soy incapaz de no liar la izquierda con la derecha.

Vale, tú no te rías ¬¬ Sé que mis indicaciones como copiloto no son de lo mejor, sobre todo cuando digo lo de: gira a la derecha, no! a la izquierda! ains, no sé!, por ahí! y señalo con el dedo... Vale, lo reconozco, a veces soy peor que el TomTom y sus rotondas inexistentes. :$

Pues eso. Soy una negada con los mapas. Con las brújulas confieso que no soy mucho mejor. Aunque la verdad es que, cosas de estas aparte, mi sentido de la orientación es excelente. Si recorro un camino una vez, no lo olvido. Y puedo, perfectamente volver a encontrarlo incluso años después, sin haber vuelto a ese lugar. Sí. Soy rara. ¿Qué pasa? ¬¬

Y todo esto viene... ¿a cuénto de qué? Pues a que de repente, me he dado cuenta de que he andado, por mucho tiempo, algo perdida. Y no. Ya está bien. Me cansé de darle vueltas al mapa, de agitar la dichosa brújula a ver si es que no funciona o si indica a donde debe... Y me cansé de tener que santiguarme cada vez que tengo que girar en una esquina para saber cual es la izquierda y cual es la derecha.

Se acabó. Ni gps, ni leches. Ahora me toca a mí buscar el Norte. Mi Norte. Y que me importen un bledo los mapas y las indicaciones de los demás.

Juego con una ventaja. Como ya he dicho... soy increible a la hora de recordar caminos que ya transité. Y recuerdo uno, especialmente, por el que estoy muy muy segura de que no voy a volver. Vamos, ya pueden sentarse a esperarme aquellos que quisieran verme de nuevo por él.